Buscando las bragas perdidas de Mohacristov.
Looking for the Mohacristov's lost slips.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Este blog se supone que irá sobre mi viaje en Turquía, de donde no me puedo mover hasta que tenga el residence permitt que vaya usted a saber cuándo me lo darán (por lo menos hasta medidados de noviembre o diciembre). Pero, en primer lugar, me parece muy importante hablarles de mi semana de viaje porque casi muero del tedio y oiga, las quejas compartidas como que pesan menos.
El domingo 8 de diciembre me trasladé a Granada para coger un autobús que me dejara el lunes 9 en Madrid, tenía que ir a pedir el visado de estudiante allí, en Madrid me planté el lunes por la mañana (tras 5 horas de guagua) y a mí, que soy una catetilla, me pareció todo muy grande y la gente muy estresada y que sonreía poco, en fin, de suerte que iba acompañada de dos chicas muy apañás que me guiaron y al final pudimos pedir el visado, a pesar de que uno de mis papeles era una copia del original que pedían (conste que no soy una mafiosa, es que se perdió el original en correos y tuve que apañármelas). Lo que me gustó de Madrid es que por lo menos encontramos una cafetería muy mona, con precios asequibles, cerca de donde teníamos que ir, lo cual fue bastante bueno porque allí todo sale un ojo de la cara. Y también tuve tiempo de ver una planta del museo Reina Sofía, no mucho más porque me esperaba la ardua labor de encajar todo en la maleta.
Después de todas esas vueltas y demás, tomé otro tren que me llevó al pueblo donde vive mi madre, Ronda, y me comí ricamente una hamburguesa y cuatro horas más de viaje.


Pues bien, no siendo aquello suficiente, tuve que volver a Madrid el miércoles 11 a recoger los visados ya hechos, por lo menos el embajador o quien fuera se lo curró y los tuvo a tiempo, pero vaya que me comí otras 8 ricas horas de viaje. Eso sí, no me faltaron más hamburguesas y un minipaseo-descanso en el Retiro, que no se diga que una no ve Madrid, más que sea las cercanías de Atocha (también debo confesar que, como buena chica de pueblo, me perdí en el metro, pero no mucho, ¡eh!)


Y, al fin, tras chopecientas vueltas y una media semana un tanto chunga (también la semana anterior estuve 22 horas de viaje, la culpa es del pasaporte y salir de Marruecos en plena operación retorno), llegó el jueves 12 de septiembre, día de ir a Turquía, 6 horitas más de viaje y allí estaría. Mis impresiones en el avión fueron bastante positivas, tenían un respaldo molón pensado para que no se te cayera la cabeza para el lado al dormir y un menú con solo un plato asqueroso, ¡lo demás estaba todo riquísimo! ¡Impresionante!
Al bajarme del avión empecé a darme cuenta de que Turkish Airlines son súper monopolistas, el aeropuerto parecía suyo vaya.
Después de eso, Jara, que vino conmigo, y yo, nos encontramos con uno que quería ligar pero que, en fin, hizo que nos llevara al hostal, por supuesto nunca jamás llegué a llamarlo para un café.
Salimos del aeropuerto y nos damos cuenta de que todo es enorme, gigante, pero de verdad eh, imagínense si la ciudad es grande que aquí se cogen ferries como líneas urbanas de autobuses, según si quieres ir a la parte asiática o europea de la ciudad. Total, llegamos al hostal y como somos un poco desastrosas (bueno, no, es que estábamos estresadas), no había camas suficientes y tuvimos que compartir una de 90, pero además compartíamos la habitación con más gente y el baño con aún más gente, los días que estuvimos allí fueron un poco incómodos por eso, aunque tengo que decir que la gente que conocí en el hostal era toda supernice y todo eso, me quedo con ellos aunque no con el sharing.
No voy a entrar en muchos más detalles pero sí voy a hacer una lista de lo que he aprendido hasta ahora (exceptuando mis 3 palabras en pésimo turco) de este, mi nuevo país:
  • A los turcos les encantan los papeles y la burocracia, lo juro, se complican la vida muchísimo, para abrir una cuenta en un banco en España solo necesitas el pasaporte y aquí tropecientos números que pides en una oficina de impuestos, después de tener el residence permitt, que no conseguiré hasta noviembre o diciembre... Todo es lioso y complicado, con lo fácil que es simplificarse la vida para que luego sea eso, simple.
  • Yo tenía miedito que todos los inodoros que iba a encontrar fueran el tradicional baño turco de agujero-en-el-suelo pero ¡no, babies! Esos inodoros quedaron atrás hace mucho tiempo y ahora todo son inodoros normales pero que incluyen un chorro mágico que si das a un botón te limpia el culo, graciosísimo, aunque he de confesar que todavía no he usado ninguno, yo sigo con mi tradicional método español de toda la vida, como que me da rollito, aunque ya me acostumbraré y lo usaré, me imagino.
  • Ahora creo que las chawarmerías en Granada no abren hasta las siete por solidaridad con los borrachos hambrientos de este mundo, sino porque los turcos desayunan chawarmas, yo tan feliz, eso sí, los chawarmas aquí no tienen nada que ver ¡mucho mucho mucho mucho mucho mejores! El pollo parece más tipo pechuguita rica que sobras, no sé, es que hay que probarlo.
  • Cuando buscas piso aquí usan método selectivo, hacen varias entrevistas y si les convences te quedas. No es como en España que si les gustas y te gustan ya te quedas, no, le dan más vueltas, por eso recomiendo que si alguien va a venir aquí a vivir que dé la mejor impresión posible en el first meet, porque no solo buscan compañero sino también un amigo. Y cuando digo la mejor impresión por supuesto no me refiero a ropa formal ni nada de eso, obviamente eso no es necesario para nada, pero recomiendo que se sonría mucho, se hable sobre uno mismo y se pregunte al otro (cosas muy privadas no, por supuesto).


Yo tengo que informarles que ya tengo mi piso buscado, una ganga, ya saben si me conocen que me pirran las gangas, estoy súper feliz con mi pisito nuevo, puede ser que suba fotos de mi cuarto (aunque prefiero recibir visitas en verdad), eso sí, después de hacer una excursión al Ikea, porque soy así de occidental.

Bueno, poco a poco iré contándoles mis experiencias y demases y, por supuesto, si alguien va a venir o lo que sea, que se sienta libre de contactarme. Un besote gordo para todo aquél que haya leído mi mini biblia-corán turco, y para los que no, otro también.

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